lunes, 27 de abril de 2009

LA CIUDAD DE SHANGHAI HOY

Esta ciudad parece que este metida en una guerra que acaba por una parte de la misma y comienza por otra. Son tantas y tan variadas las obras que se están acometiendo de cara a la Expo del próximo año que se esta rodeado de escombros, andamios, vallas y operarios diversos haciendo polvo, ruido, y mas difícil, si eso es posible, el transito por la ciudad.

Por otra parte conviven de forma, un tanto atropellada, las nuevas construcciones con las antiguas. Pasamos de caóticas infraestructuras de servicios, cableado eléctrico y de telefonía aun aéreo, con ingentes cantidades de cables que pasan de postes a edificios y cruzan todas las calles antiguas sin orden ni concierto.

Tuberías del agua que cuelgan de paredes y montones de basura en cada esquina de las calles conviviendo con multitud de puestos de venta de pescado que se limpia y se sirve en el mismo suelo de las calles, de fruta, etc.


Así alguna vez habéis estado en El Cairo entenderéis como es el tráfico en esta ciudad, ya que se circula en el mas completo
desorden

Es curioso porque cuando vas a cruzar un semáforo, tu con tu mentalidad occidental, esperas a que el semáforo se ponga en rojo y he aquí que la regla para pasar no es esa. El semáforo esta ahí pero su función es absolutamente relativa. Como dice mi hijo hay que verlo como dos corrientes de agua que se encuentran, una deja paso a la otra de vez en cuando haciendo recodos, meandros, etc. Lo realmente interesante es que nunca una corriente interrumpa a la otra, a lo mucho que se rocen, (eso si sin sentirse molestos por ello).

Y así fluye un trafico de vehículos y personas perfectamente desorganizados pero sin molestarse unos a otros.


Aunque a veces la policía intenta poner orden en el caos y hasta consigue hacerlo


Probablemente alguna persona de las "pocas" que leen este blog haya tenido la ocasión de vivir en alguna ciudad cuyos cimientos se mueven por horas, días, semanas y convierten en algo absolutamente diferente de un día para otro. No se se porque el patrón decidido por las autoridades locales, provinciales o estatales es la de esto hay que hacerlo y hacerlo lo antes posible. Es como vivir en el vértigo permanente para llegar no se sabe muy bien donde, porque como ya he comentado en alguna ocasión anterior no hay una concordancia entre el remover la tierra instaurado a toda costa con el verdadero crecimiento económico de una inmensa mayoría de la población que sigue viviendo en la indigencia.

Algo se mueve y desde luego no lo que alguno pudiera pensar, se mueve la población que proveniente del campo y convertida en mano de obra barata y desprotegida, ahora tiene que volver al campo porque no era oro todo lo que relucía, y esa dependencia tan exagerada de las exportaciones esta, también en este país, pasando factura.

No obstante se sigue en una dinámica de aquí no pasa nada y vamos para adelante pese a quien le pese. No se me ocurre en que puede acabar todo esto.

VOLANDO HACIA SHANGHAI

De vuelta a Shanghai, decido recuperar mi inicial idea de escribir desde "otra mirada" como veo la china que visito.

La primera etapa, como no podía ser de otra manera, es la de completar las mas de 18 horas, volando desde A Coruña, vía Madrid y Helsinki hacia mi destino final.

Siempre me ha llamado la atención los malabarismos que tenemos que hacer los viajeros de estos nuevos aviones en los que los espacios son tan reducidos. En uno de los vuelos mi compañera de asiento no acierta a abrir el envase que contiene la comida principal y ni os cuento el esfuerzo para cortar la carne con ese cuchillo de plástico que nos facilitan tan amablemente las compañias aéreas con el objeto de preservar la integridad física de todo el pasaje pero sin pensar en ningún caso en el cometido principal que debe tener esa herramienta en un momento tan necesario.

En el siguiente vuelo es mi compañero de asiento, un chico ingles de pocas palabras (aunque daba igual que hablara mucho porque yo no se ni papa de ese idioma), el que hace equilibrios con la bandeja de la comida en el reducido espacio de la mesa que la sostiene y no puede evitar que el vaso del café se le derrame y se ponga hecho un basilisco.

Pero mi lucha particular en estos casos, como en tantos otros, no es precisamente la de sobrevivir a tantas horas de vuelo en un reducidísimo espacio, ni pensar en que comida, cuando y como nos la van a servir. Mi guerra particular es la del idioma. Imagino que porque al ser un analfabeto funcional en esto del manejo de otras hablas, (a nosotros nos enseñaron en el bachillerato francés que se ha demostrado totalmente ineficaz para comunicarse fuera del país vecino), me rebelo a que nuestro español, cada vez mas hablado en el mundo, sea totalmente ignorado y de nada sirvan las protestas, porque o sabes ingles o no hay manera de comunicarse.

En fin sobreviví en el aviónfinlandés gracias a que una de las azafatas hablaba algo de español porque sus vacaciones las pasaba en nuestras Islas Canarias. Y pude rellenar la hoja de inmigración porque se apiado de mí el compañero de asiento (el ingles). Y asi pude cruzar la frontera idiomática con ayuda, pero una vez mas frustrado. A tal extremo llega la ignorancia del español en el mundo que en muchos hoteles internacionales la información llega a estar en todos los idiomas occidentales, mas el japones, menos en el nuestro.

En fin ya estoy en Shanghai, donde por cierto solo te puedes comunicar en chino o ingles, excepto cuando por la calle algún "vendedor" te reconoce español e intenta venderte ropa, bolsos, relojes, etc. de marca pero falsificados. Ah, también me llamó la atención que en la calle se dirigiera a mi en español un individuo para ofertame sexo y drogas. ¿Curioso verdad?

Por cierto he decidido comprarme un medio de locomoción para poder hacer mas llevadera mi estancia en esta inmensa ciudad. Ahí teneis la bicicleta que he comprado (la del centro).