
Es un sueño que sucede en la realidad. Una película que pasa ante nuestros ojos a cámara rápida. Tan rápida que la foto sale movida. Es Shanghai, la ciudad que no se detiene, que no duerme, que crece sin parar. A veces parece un Manhattan superado, donde los rascacielos (tiene más de 4.000) surgen como manojos de espárragos en un sembrado de casas tradicionales (shikumen). Otras, como un decorado de 'Blade Runner' que nunca salió en el filme de Ridley Scott, porque cuando se rodó (en 1982) nadie (o muy pocos) creía que Shanghai llegaría a tanto. Hoy también ha superado a Tokio en futurismo.La ciudad con más habitantes (20 millones) del país más poblado. Capital económica, financiera y cultural de China. En pugna con Pekín en un constante derbi sin ganadores definitivos. Los Juegos Olímpicos le han dado ventaja, por ahora, a la capital política, pero cuando se celebre la Expo de 2010 (los shanghaineses la llaman 'las olimpiadas económicas')... veremos.Ya en 1937 era la quinta ciudad más grande del mundo. Hoy es la séptima, pero su población crece del orden de 600.000 personas al año. Entonces era la ciudad nefanda del pecado (el 'París de Oriente', la 'Ramera de Asia'), escenario ideal para novelas negras y películas de serie B.
Efectivamente, al otro lado del río, en Pudong, un 'skyline' de nuevos rascacielos construidos a partir de 1990 nos presentan a la China actual y a la del futuro. Allí está la Perla de Oriente, una torre de televisión de 468 metros, la más alta de Asia, la tercera del mundo. Y el rascacielos Jin Mao, que alberga al Grand Hyatt, el hotel más alto del mundo, observado de cerca por el World Financial Center, un enorme abre botellas de 492 metros.
Por otra parte la monumental transformación económica, además del impacto social que provoca, afecta de manera directa al medio ambiente.
Ya no se ven campos en las afueras de la ciudad, sino más y más ciudades. Los complejos industriales y las torres de apartamentos han cubierto los otros espacios verdes.
El aire en Shangai es irrespirable. El fenómeno se acentúa en la primavera boreal, cuando el viento levanta arena de las zonas desertificadas de la China interior y se combina con las partículas tóxicas y el humo de las fábricas.
China es considerada ya el mayor emisor mundial de dióxido de carbono, y la mayor parte de ese porcentaje proviene del cordón industrial que rodea a Shangai.
Ya no se ven campos en las afueras de la ciudad, sino más y más ciudades. Los complejos industriales y las torres de apartamentos han cubierto los otros espacios verdes.
El aire en Shangai es irrespirable. El fenómeno se acentúa en la primavera boreal, cuando el viento levanta arena de las zonas desertificadas de la China interior y se combina con las partículas tóxicas y el humo de las fábricas.
China es considerada ya el mayor emisor mundial de dióxido de carbono, y la mayor parte de ese porcentaje proviene del cordón industrial que rodea a Shangai.
Contrasta todo ello con la situación en la que vive mas de los 2/3 de la población de Shanghai cuyos ingresos medios no superan los 2.000 yuanes al mes, sobre todo si tenemos en cuenta que el precio medio del alquiler de un pequeño apartamento de unos 50 metros cuadrados no baja de los 1.500 yuanes, y el metro cuadrado de la vivienda en propiedad supera los 30.000.
Según las previsiones del gobierno, anteriormente una persona que ganaba menos de US$150 al año era considerada pobre. En el futuro, el gobierno elevará esta cifra y calificará como pobre a un ciudadano que gane menos de US$186 al año
¿Como ha de considerarse entonces a alguien que en la actualidad ha de destinar mas de 3/4 de su salario al pago del alquiler de su vivienda?
Estampas como la que se muestran en la foto de la derecha son cotidianas y desde luego distan mucho del lujo que se derrocha en el nuevo shanghai destinado a unos pocos cientos de miles de nuevos millonarios-
Desde luego que te está sentando bien la futura jubilación: Te da tiempo a traducir el blog a chino.
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