Por primera vez me asomo al increíble espacio que ocupa un país lleno de contradicciones y ávido de ser descubierto desde fuera.
Un primer paseo (llevado de la mano de una tour-operadora) me sirve para caer de lleno en una cultura que me transporta y me transforma. Unas costumbres milenarias desarrolladas dentro del espacio que conforman rascacielos, trenes bala, y de inmensidades de gentes que lo ocupan todos los días del año y de lunes a lunes.
Pocas pagodas, templos, y casas señoriales, así como algunos
vestigios de algo que fue y que ya no existe.
Quiero, y ojala lo consiga, hacer un repaso por esa otra China, la que no se visita, pero que está ahí y que avanza hacia la modernidad, ¡pero como avanza¡
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